ARTPACE, Programa Internacional Artistas-en-Residencia Verano 2019
En residencia del 28 de mayo al 22 de julio de 2019
Exposiciones abiertas al público del 18 de julio al 8 de septiembre de 2019
Curaduría:Karina Aguilera Skvisrky
Artistas: Francis Almendárez (Houston, TX), Juana Córdova (Cuenca, Ecuador) and Narcissister (New York, NY)
Originally commissioned and produced by Artpace
San Antonio / Photo credit Seale Photography studios
Juana Córdova, Crónicas de desarraigo
A Juana Córdova se le conoce por sus respuestas sutiles pero poéticas a nuestro mundo natural usando materiales inesperados. Durante su residencia en Artpace, se enfocó en dos especies de plantas de las Américas: el achiote (Bixa orellana) y la planta rodante (Kali tragus). La planta rodante llegó a las Américas en un cargamento de linaza, y el oeste de los Estados Unidos tenía las condiciones perfectas para su propagación. El achiote es originario de la selva amazónica, y su presencia se extiende a las regiones tropicales de Centro y Sudamérica.
El achiote son semillas de una mata que típicamente se secan, se muelen, y se utilizan como especia o tinte en cosméticos, textiles, y gastronomía desde la era precolombina. Es muy conocida en Ecuador y utilizada en prácticas rituales de los Tsáchilas o “colorados,” indígenas de Ecuador, por sus propiedades curativas. La artista escogió usar achiote por su color característico (el código del color natural es E160b) que históricamente se ha utilizado en comida y ropa. Éxodo, en la esquina suroeste de la galería, está completamente compuesto de semillas de achiote, lo cual habla literal y figurativamente de la propagación de flora y gente.
Para varias de las obras en la galería, la artista utilizó plantas rodantes, plantas que, una vez secas, se desprenden de sus raíces y viajan con el viento, diseminando sus semillas. Las plantas rodantes llevan consigo sus propias connotaciones en la cultura popular como iconos del oeste estadounidense y representaciones metafóricas de la expansión occidental, contraria a sus verdaderos orígenes rusos. Córdova dice, “Le veo al tumbleweed como un símbolo de la libertad, una planta que recorre los desiertos con la ayuda del viento, es una especie que se desprende de su tierra y va sin rumbo fijo esparciendo sus semillas.”
La atención que pone Córdova a la historia y comportamiento de la vida botánica que se esparce de sus orígenes al extranjero es relevante en estados fronterizos como Texas. Pueden hacerse mil conexiones entre el viaje de estas plantas y aquél de los inmigrantes que dejan sus hogares en búsqueda de mejores condiciones y escapar de las guerras y la pobreza.
Erin K. Murphy